Para el presidente Barack Obama, que hoy visita otra vez el Golfo de México para inspeccionar las labores de limpieza, un nuevo dolor de cabeza en menos de un año y medio de gobierno.
El nuevo Lehman
De acuerdo con el columnista de Reuters, Rob Cox, la caída de Lehman comparte rasgos importantes con el fiasco de la petrolera británica: una administración de riesgo defectuosa, riesgo sistémico e incompetencia regulatoria.
Cox argumenta que el fracaso de BP en prevenir la explosión del Deepwater Horizon sugiere que la firma no se preparó adecuadamente para la posibilidad de un accidente de este tipo, el mismo error de Lehman al no evaluar certeramente los riesgos.
Tal como la caída de Lehman creó un shock en el sistema financiero, el derrame de cientos de miles de barriles de petróleo se expande nocivamente por el ecosistema del Golfo, causando un daño medioambiental y económico incalculable.
El gobierno, por su parte, intenta intervenir para contener el avance del petróleo, tal como lo hizo para prevenir el impacto del colapso del banco en el sistema financiero.
En lo que se refiere a la labor del regulador, tal como la Comisión de Valores y Bolsa (SEC, su sigla en inglés) no tuvo éxito en asegurar que Lehman no tomara demasiado riesgo, el regulador de BP, el Servicio de Administración de Minerales (MMS, su sigla en inglés), también fracasó. Como respuesta, el mandatario disolvió al MMS, expulsó a su director y atribuyó los errores a la "relación escandalosamente cercana" del servicio con las compañías petroleras.
Costos crecientes
Igual que Lehman con el sistema financiero, el derrame en el Golfo de México, el mayor desastre petrolero en la historia de Estados Unidos, redibujará a la industria petrolera, que deberá prepararse para costos de operación crecientes y autoridades cada vez más exigentes.
Credit Suisse advirtió esta semana que BP enfrenta US$ 37 mil millones en costos de limpieza y demandas legales, lo que casi duplica las ganancias esperadas para este año. Ese costo es difícil de asumir para una empresa pequeña, por lo que la barrera de entrada al negocio será mayor.
Las aseguradoras, por su parte, están cobrando un 50% más por las pólizas que cubren las plataformas petroleras en aguas profundas, aseguró Moody"s Investors Service ayer. El precio de asegurar plataformas en aguas profundas ha aumentado 25% desde que el 20 de abril explotó la plataforma de BP, informó la agencia calificadora.
Las aseguradoras han decidido ser más cautelosas con los proyectos que resguardan, ya que podrían pagar hasta US$ 3.500 millones por el derrame del Golfo de México, lo que lo convertiría en el accidente más costoso desde el incendio de la petrolera Piper Alpha en el mar del norte en 1988, dijo Moody"s.
Mayor regulación
Los costos crecientes se suman a las iniciativas que ya están surgiendo para aumentar la supervisión de la industria. La semana pasada, Obama anunció que extendería por seis meses una moratoria sobre la exploración petrolera. El gobierno suspendió la exploración planificada en las costas de Alaska, y canceló una licitaciones en el Golfo de México y otra en Virginia.
Según el analista de Hodges Capital Management, Mike Breard, la decisión de suspender las exploraciones forzará a las compañías petroleras a mover sus plataformas fuera de Estados Unidos, a lugares como Brasil.
Los demócratas de la Cámara de Representantes, en tanto, están preparando un proyecto de ley para eliminar el tope de responsabilidad por US$ 75 millones que deben pagar las grandes compañías por los derrames petroleros. El texto incluiría, además, el endurecimiento de la regulación de la industria, informaron fuentes del partido a Bloomberg.
La medida será introducida luego de que el Congreso retome sus labores, después del receso de esta semana. La legislación aumentaría el proceso de revisión de 30 días para los nuevos permisos de perforación, requeriría nuevas garantías medioambientales e incrementaría la autoridad del Congreso sobre el MMS, informaron las fuentes, que pidieron reserva de su identidad, ya que la propuesta sigue siendo revisada.
Es probable que la crisis de BP sea el punto de partida para la tercera reforma en la era Obama: la reforma petrolera.
DiarioFinanciero.com
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