2009/03/08

Predicciones serias y de las otras


Es indudable el estado de paranoia y angustia extendido a causa de la crisis económica, las dudas sobre lo que está pasando y el temor ante lo que puede suceder. La sociedad de gran parte del mundo se encuentra en condiciones más vulnerables que lo normal para aceptar teorías conspirativas, escenarios apocalípticos y análisis que prometen caos inminente.

Y por nuestros pagos los sacerdotes del caos son muchos. Algunos de ellos son los mismos que, cuando otros vientos corrían, explicaban lo inexplicable para hacernos creer que estábamos bárbaro mientras la economía y la sociedad se hundían en la tormenta más terrible que hemos vivido.

La mayoría de ellos habitan la city y/o el mundo de la política. Han tenido días de furia cuando, por ejemplo, se puso en práctica el proyecto que terminó con el negocio de las AFJP; o en los meses de conflicto con el sector del campo, cuando circulaban informes semi confidenciales y análisis que presentaban un escenario de default, además de otros cataclismos financieros. Me resulta increíble que empresas e inversores que han tenido quebrantos millonarios por seguir consejos de los economistas estrellas, no sólo no los borran de sus agendas sino que les siguen dando trabajo. Es una de las tantas paradojas del poder económico nacional.

Este estado de angustia y temores resulta un terreno fértil para todo tipo de profecías de catástrofes. A principios del 2009, Ecolatina, consultora fundada años atrás por Roberto Lavagna, de manera simple y sin estridencias pero en forma clara explicaba que el principal desafío a enfrentar para este año sería el de administrar la escasez de dólares. Dos meses después vemos que no estaban equivocados.

Desde el informe se explicaba que el desafío principal sería sostener la actividad y el empleo, revertir las malas expectativas generadas por la crisis con el campo sumado al descalabro financiero internacional, y administrar la escasez de dólares. Así, los problemas del 2008 como la inflación, la inversión, el déficit energético y la puja distributiva pasarían a un segundo plano.
Aconsejan apuntalar la demanda interna para sostener la actividad y el empleo, ya que ambos repuntarán sólo si se recupera el consumo y reacciona la inversión. El impulso, dicen, deberán hacerlo el Gobierno y las empresas.
Es extraño que los informes serios y a los que el tiempo da la razón no sean los más buscados por los medios, que parecen preferir gente augurando las siete plagas bíblicas, que nunca llegan pero parecen vender más desde los títulos. Prefieren a Carrió jurando que no habría plata para pagar a los jubilados a seis meses del cierre de las AFJP, cosa que obviamente no pasó ni pasará porque, a diferencia de Lavagna, sus frases estridentes, idiotas e irreflexivas “pegan” más que un informe serio que exige un tiempo de lectura.

En un informe elaborado por el FMI –organismo poco confiable dada su historia reciente- se estimó que nuestro país tendrá crecimiento nulo, mientras que la economía mundial sólo lo hará medio punto. El Fondo Monetario Internacional estimó que la economía argentina no crecerá durante el 2009 y recomendó la aplicación de un marco fiscal previsible para el mediano plazo. Más o menos lo de siempre.

El organismo pronostica que la economía mundial apenas crecerá medio punto y que los precios de los commodities no se recuperarán mientras se mantenga una actividad económica deprimida. Señalaron que es la menor tasa de crecimiento registrada desde la Segunda Guerra Mundial.
Es llamativo que los análisis fulminantes sobre la economía argentina ignoren la situación brasileña, modelo al que han presentado como magnífico; o al chileno, que es sin dudas el preferido por ellos. El frente financiero en Brasil es muy complicado, con una violenta fuga de capitales especulativos, fragilidad del sistema bancario y vulnerabilidad cambiaria.
Más de 120.000 trabajadores de la industria fueron despedidos en un solo mes en el estado brasileño de San Pablo, donde se encuentra el mayor parque fabril del país. La pérdida de empleos es un reflejo de las medidas adoptadas por los empresarios ante la crisis. Un solo Estado, durante un solo mes. Imaginen el alcance de los despidos en todo Brasil desde el inicio de la crisis. Algunos estiman que ya están cerca del millón de despidos.

Además, empresas brasileñas y extranjeras suspendieron inversiones en ese país por casi US$ 28.000 millones. Según un informe del diario O Globo, han sido cancelados o aplazados 46 grandes proyectos de 32 empresas que iban a ser ejecutados en los próximos cuatro años.

Del otro lado de nuestras fronteras, en Chile, la tasa de desempleo del trimestre noviembre-enero se ubicó en un 8 %, registrando así un aumento de 0,8 % en doce meses y 0,5% respecto del trimestre anterior.

En los últimos doce meses las cifras globales de la economía chilena muestran una marcada desaceleración del ritmo de crecimiento. La fuerza de trabajo retrocedió un 1,4% y el empleo bajó un 0,5%.

El desempleo en la eurozona pasó del 7,2% al 8% en diciembre y del 6,8% al 7,4% en los 27 países que integran la Unión Europea, según informó la oficina de estadísticas Eurostat. En 2008 perdieron su trabajo 1,6 millones de europeos, y la tendencia sigue en alza para los primeros meses del 2009. Según la Eurostat, el país que más está sintiendo el impacto de la crisis es España. La Comisión Europea vaticinó además que 3,5 millones de empleos desaparecerán en 2009.

El impacto de la crisis financiera global se siente con mucha fuerza también en Japón, la segunda economía mundial, que anunció que en diciembre último la producción industrial cayó un 9,6%, mientras que el consumo se retrajo un 4,6% y el desempleo subió hasta el 4,4%, el nivel más alto del país en más de dos años. "El problema es muy serio. Es imposible predecir cuándo se recuperará la economía japonesa", dijo el ministro de Economía Kaoru Yosano.
En cuanto al tema de la pérdida de empleos en nuestro país, desde el estallido de la crisis mundial en octubre, de acuerdo con un relevamiento del Ministerio de Trabajo y según fuentes gremiales, en el mercado formal de trabajo más de 32.000 personas han sido afectadas por despidos, suspensiones, reducciones de jornada y quitas salariales; mientras tanto, cerca de 1174 compañías solicitaron conciliaciones y aperturas de procedimientos de crisis de empresa, una instancia de negociación entre empresarios y trabajadores para mitigar el impacto de las cesantías.

Las actividades más afectadas son las vinculadas al sector automotor, la industria exportadora y el campo.
Una de las provincias más afectadas es la de Santa Fe, donde los despidos se elevan a 8400, según la Viceministra de Trabajo Alicia Ciciliani. Son 3500 trabajadores afectados por suspensiones, reducciones de jornada y recortes en los ingresos, y 4900 que cobran un complemento salarial de 600 pesos del Programa de Reconversión Productiva a cargo del Ministerio de Trabajo de la Nación. Los sectores con más dificultades para sostener la nómina de trabajadores son el metalúrgico vinculado a la agroindustria, la automotriz y las curtiembres.

Monedas regionales

En Latinoamérica, la mayoría de los Bancos Centrales aplican una política monetaria de metas de inflación, en lo que el Banco Central de Chile, por ejemplo, ha sido precursor. También aplican este tipo de política monetaria Brasil, México, Perú y Colombia, entre las principales economías de la región.

La política monetaria de metas de inflación, que consiste a grandes rasgos en anunciar un nivel objetivo de inflación que buscará ser alcanzado por la autoridad monetaria, ha sido de gran utilidad en Latinoamérica para restaurar la credibilidad en los bancos centrales. La historia de nuestra región con altos niveles inflacionarios y con episodios hiperinflacionarios hace muy necesario reconstruir la credibilidad.

Pero hacia finales del 2008, con la economía global cayendo en una profunda desaceleración, las presiones inflacionarias en nuestra región cedieron fuertemente y, sin que los bancos centrales hicieran mucho al respecto, la tasa de inflación comenzó a bajar fuertemente hasta reacomodarse en niveles por debajo de la precrisis en muchos casos.
En los últimos meses se ha registrado deflación mensual en las economías de Chile, Brasil y Perú. En México, desde la Secretaría de Economía se espera que la economía caiga en deflación.

Si observamos la evolución del tipo de cambio en los países latinoamericanos, encontramos que desde septiembre de 2008, en todos los casos, han sufrido una depreciación respecto a la moneda norteamericana; aunque en algunos la depreciación ha sido muy pronunciada. Tal es el caso de México, Brasil y Colombia. En el caso de México, el dólar pasó de cotizar a $ 10,28 al principio de septiembre a $ 15,39 hacia principios de marzo del 2009. En Brasil, el dólar pasó de cotizar a R$ 1,632 a R$ 2,429; mientras que en Colombia, el tipo de cambio pasó de $ 1.934,24 a 2.544,53 en el mismo período.

Por estos días también se depreciaron fuertemente el Euro, la libra esterlina y el peso chileno respecto del dólar, por la búsqueda de refugio. En nuestro país el precio del dólar el 1 de octubre del 2008 era de $ 3,17, en el momento de escribir esta nota está a $ 3,63.
Rosanna González Pena por Rosanna González Pena

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