Ya en enero David Bravo advirtió sobre la necesidad de actuar con rapidez para contener eventuales despidos en las empresas del país. Hoy su preocupación es la misma. Y es que en estos casi dos meses las cifras del INE han ido confirmando el “aterrizaje” de la crisis internacional en el mercado laboral chileno, que develó la encuesta de empleo en el Gran Santiago de la Universidad de Chile.
En diciembre, de acuerdo a la medición que realiza la entidad que dirige el experto -el Centro de Microdatos de la citada casa de estudios-, la desocupación en dicha zona subió hasta casi 10%, dando cuenta de un empeoramiento en el empleo independiente y un cambio de tendencia en el asalariado, el cual dejó definitivamente de crecer.
Es decir, a esas alturas la reducción de puestos de trabajo en las empresas todavía estaba siendo compensada por contrataciones, pero era esperable que se iniciara una segunda fase de ajuste. Si ésta se está produciendo o ya se produjo, aún no es claro, porque -como lo plantea el economista- todo este análisis enfrenta el problema del rezago en las cifras. Y, de allí, la urgencia de hacer más y cuanto antes.
- De hecho, en enero usted fue de la opinión de adelantar el trámite legislativo del subsidio a la contratación.
- Claro, cosa que no ocurrió. Pero ese era el diagnóstico: estamos en medio de un proceso de ajuste en el mercado laboral, que lo miramos rezagadamente. Y, por lo tanto, se debería apurar lo más posible las medidas que se podrían tomar, porque es ahora cuando podemos afectar o cambiarle la tendencia a este problema. En este sentido, hay que mantener la correcta filosofía de las autoridades en esta crisis, que -mostrando un buen aprendizaje de lo que pasó en la crisis asiática- se han ido anticipando y eso está teniendo resultado.
- Le haría modificaciones al subsidio de contratación?¿Lo ampliaría?
- El subsidio debiera salir de una vez, tal como está, y ahí la discusión inmediata es fundamental. Lo importante es que comience hoy a funcionar y que, de alguna manera, las autoridades puedan hacer la evaluación de la incorporación de otros grupos -como las mujeres- lo antes posible.
PIB: una “tarea nacional”
Otro foco de acción crucial para Bravo es generar un ambiente propicio para la actividad económica, que es la única manera -a su juicio- en el corto y mediano plazo de velar por más empleo, sobre todo en el entendido que el país puede hacer bien poco para eludir los coletazos del contexto internacional.
“A esa incertidumbre de afuera, nosotros le podemos adicionar la propia de un periodo eleccionario, la podemos multiplicar. Y más bien lo que corresponde es actuar con un sentido más nacional, de país, y tratar de eliminar esos ruidos”, expone.
En suma, dice quien fuera integrante de la comisión Meller, asumir ante la incertidumbre que “el crecimiento económico de este año y del próximo es casi una tarea de envergadura nacional”.
- Cuesta creer en eso precisamente por el año electoral. Ya vimos lo que pasó con la sola mención del tema de negociación colectiva. En este caso, ¿es de la idea de postergar el tema?
- Este tema no es prioritario para la necesidad de empleo de la gran mayoría de la fuerza de trabajo. Es importante mejorar la legislación en materia de negociación colectiva, de sindicalización, y a mi me gustaría que pudiéramos tener una mayor cobertura sindical en el país, pero eso no se compara en ese minuto con la necesidad de controlar la caída del empleo, de poder asegurar esa fuente de ingreso para las personas y los hogares (...).
Es verdad que la tarea parece difícil en un año de elecciones, pero la encuesta de hace unos días de aprobación política muestra que las personas también están premiando el liderazgo y la capacidad para enfrentar la crisis adecuadamente. Entonces, eso apunta a todos los líderes, al gobierno, a los de oposición y al Congreso y, en ese sentido, creo que debiera ser beneficioso para todos.
Lo otro es que hay una agenda bien intensa, importante, donde se requiere que el gobierno y el sector privado trabajen de forma muy estrecha. Aquí lo que hay que hacer ahora es un monitoreo de la crisis y de las medidas del paquete y de las que se podrían anunciar. Y este monitoreo se tiene que hacer con quienes dan el empleo en Chile, que es fundamentalmente el sector privado.
- ¿Qué tan grave puede llegar a ser la situación del mercado laboral?
- Yo ya creo que es grave. Varios analistas o artículos de prensa empiezan a enfocarse en si llegaremos o no a los dos dígitos de desempleo. Ese no es el tema, porque para todos los efectos ya estamos en los dos dígitos. Los datos que nosotros medimos para Santiago fueron de casi 10%, por lo tanto es completamente irrelevante si llegamos a 10% ó 10,1%. No deberíamos desgastarnos en cosas de esa naturaleza. Más bien, nuestra tarea debiera ser cómo acotamos esa crisis para que luego podamos evitar que suba más y, eventualmente, luego lograr que baje; y que no nos ocurra lo de la crisis asiática, donde nos quedamos con tasas de desempleo altas y, de hecho, nunca bajaron. Pero, en definitiva, cuál es la magnitud del daño en el mercado laboral, desgraciadamente no podemos saberlo porque no sabemos qué dimensión va a tener la caída internacional.
- Es un cambio de “switch”, es asumir que la situación es realmente grave…
- Que es grave y que es nuestra, o sea es común. Esto no es algo que podamos echarle la culpa al gobierno o a la oposición. En ese sentido, me parece que las autoridades debieran estar a las alturas de generar un clima político que pueda ayudar al entendimiento en esta materia, una especie de fair play que permita la discusión que corresponde a un año electoral, pero que las autoridades económicas cuenten con el mayor apoyo posible. Tenemos que sacar de alguna manera de la discusión política diaria aquellos aspectos que pudieran dañar la meta de crecimiento.
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