En Septiembre cayo confianza de consumidores

indicador llegó a su nivel más bajo desde 2003, según encuesta de expectativas de la universidad de chile


Oscar Landerretche y David Bravo, encargados del estudio, llamaron a las autoridades a tener en cuenta este factor en los próximos meses.

El alza en el costo de la vida, el Transantiago y el ambiente de tensión política que se vivió en el mes de septiembre golpearon por tercer trimestre consecutivo las expectativas económicas de los santiaguinos. Así lo reveló la Encuesta de Percepción y Expectativas sobre la Situación Económica en el Gran Santiago elaborada por la Universidad de Chile, correspondiente al mes de septiembre.

El índice general cayó en 10,4 puntos porcentuales respecto a la encuesta anterior realizada en junio, llegando al nivel de 100,3, el más bajo registrado desde marzo de 2003, cuando llegó a 99,6. Este derrumbe del indicador se explica por la disminución en la confianza de los consumidores en todos los estratos, siendo el más afectado el alto con una baja de 12,1 puntos porcentuales respecto a la encuesta anterior. En los estratos medios y bajos, en tanto, el indicador retrocedió 9 puntos porcentuales.

Los santiaguinos no tienen un mejor pronóstico frente a la situación del país. Aumentaron desde 31,5% a 39% los hogares que creen que su situación será peor que la actual en los próximos 12 meses, tendencia que se repite frente a la consulta de mejora en los salarios y el 2,1% de las familias reportó una pérdida de su poder adquisitivo, entre la encuesta de junio y la de septiembre.

Para el economista Oscar Landerretche, encargado de elaborar el estudio junto a David Bravo, éste es el tercer trimestre en que se produce una caída del indicador, lo que constituye “una señal de alerta” porque, explicó, “la confianza por muy subjetiva que sea, y aún cuando sea equivocada la percepción que la gente tiene de la situación económica, tiende a generar comportamientos de consumo, afectan la demanda agregada y tienen efectos macroeconómicos”.

Esto se vería refrendado por la caída en la intención de compra de bienes durables (1,3%) y vivienda (1%). “Si estas expectativas se sostienen en el tiempo pueden convertirse en una profecía autocumplida, afectar al comercio y a la industria manufacturera. Hay peligro en el horizonte”, aseguró Landerretche.


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