2015/05/12

Directorio de La Polar Dejaría en Manos De Accionistas y Bonistas Su Venta


La mesa liderada por Juan Enrique Vilajuana devolvería el guante entregado por el fondo Moneda, que solicitó que se enajenara la propiedad del retailer lo antes posible, en vista de que son los que tienen a su haber la firma los que deben ponerse de acuerdo para ello.
El guante que pasó la administradora de fondos de inversión Moneda al nuevo directorio de La Polar en la última junta de accionistas, referente a vender lo antes posible la propiedad del retailer, no ha dejado indiferente a nadie. Es que para algunos, es uno de los desafíos principales de la mesa, pero para otros, es un proceso que deben iniciar los actuales accionistas y bonistas de la empresa después de que ésta genere utilidades estables en el tiempo.
En esa línea, el directorio que quedó presidido por Juan Enrique Vilajuana y secundado por Jorge Id, devolvería el guante entregado informalmente por Moneda, tomando en cuenta que su más importante misión radicaría en volcar de pérdidas a ganancias los resultados de La Polar y no pedir que por ejemplo, un banco de inversión busque un controlador para la firma. “No hay que apurar al ganado flaco”, expresó una fuente cercana a la compañía.
En el mercado, señalan que sería un error que la ansiedad venza al nuevo directorio de La Polar y que entre los desafíos más relevantes se sitúe encontrar un controlador para la firma, dado que la situación financiera de la firma continúa siendo delicada –después de estar al borde de la quiebra-, colocándole un cartel de “invendible” al menos, en el estado en que se encuentra ahora. 
A lo anterior se agrega que el actual directorio de La Polar no puede mandatar una venta de la propiedad, por lo que este proceso tiene que ser pedido por un conjunto de accionistas que sumen al menos el 51% de la firma.
Esto, pues no hay a quién manifestarle intención de compra, ya que La Polar no cuenta con un controlador ni algún accionista de referencia pues la propiedad es altamente atomizada. El problema es que los que tienen en sus manos a la empresa, no conseguirían todavía ponerse de acuerdo para materializar la operación.
A esto se suma que los compradores potenciales chilenos de La Polar, entre ellos retailers que de manera informal habrían expresado estar mirando a la firma, se encuentran enredados por los posibles procesos de consulta que deberían iniciar ante los entes antimonopolios, más aún que se dio el vamos a una reforma legal al sistema de libre competencia en el país.
Asimismo, los extranjeros se complican por entrar a un país que no conocen, en una compañía con importantes mermas financieras que pese a las inyecciones de capital aplicadas no ha podido salir de la crisis en que está sumida y de la cual intenta salir, eso sí, en medio de la desaceleración del consumo interno

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