En México y América Latina, la mayor proporción del empleo se encuentra concentrada en las empresas pequeñas. En consecuencia, las políticas públicas se han enfocado en el apoyo a las Pymes como una medida para estimular la creación de empleos.
No obstante lo anterior, un documento reciente del Banco Mundial diagnosticó que la mayor creación de nuevos empleos, con mejores niveles de remuneración, se da entre las empresas medianas y grandes de reciente formación.
De acuerdo con dicho documento, titulado “El emprendimiento en América Latina. Muchas empresas y poca innovación”, la región tiene un elevado número de empresarios per cápita en comparación con el de otros países. Sin embargo, la mayor parte de las empresas son pequeñas, con poca probabilidad de crecimiento y, por lo tanto, con un potencial limitado para contribuir al desarrollo económico y la generación de empleo.
A decir del organismo internacional, las empresas de todos los tamaños crecen más rápido en sus años iniciales, particularmente en los primeros cuatro. No obstante lo anterior, son las empresas medianas y grandes durante su etapa joven las que más empleos generan.
Además, en todo el mundo, los salarios son mayores en las empresas más productivas, las cuales también suelen ser de mayor tamaño. Las empresas medianas, con cinco a 25 empleados, pagan salarios que son un 20-40% mayores que los de las empresas pequeñas. Asimismo, las empresas grandes, con más de 25 empleados, pagan salarios un 30-60% más elevados. Las empresas medianas y grandes son las que tienen más probabilidades de innovar, de expandirse y de exportar y, por ello, de generar más y mejores empleos.
Al respecto, el Banco Mundial señala que Latinoamérica se encuentra rezagada en lo que se refiere a la naturaleza de las empresas creadas. Cuando nacen, las empresas de la región suelen ser más pequeñas (en número de empleados) que en otras regiones con niveles similares de desarrollo. Esto implica a la vez que, por su tamaño, la capacidad que tienen los negocios para sobrevivir y crear empleo es también menor.
En este sentido, el Banco Mundial establece que las políticas públicas en Latinoamérica deben privilegiar a las empresas jóvenes, en lugar de apoyar de manera generalizada a las Pymes, ya que las empresas jóvenes tienen una mayor capacidad de crecimiento y de generación de empleo. Las políticas públicas, en consecuencia, tienen que considerar a la Pyme como una etapa de desarrollo y no como una meta.
Así, se debe fomentar que las microempresas transiten hacia empresas pequeñas, que las pequeñas evolucionen a medianas y las medianas se conviertan en grandes. En suma, se debe seguir un enfoque de transición.
El Banco Mundial señala, asimismo, que para que el emprendimiento tenga éxito, debe existir un entorno económico e institucional favorable que impulse los rendimientos de la innovación. Cuando existe un entorno propicio, los emprendedores se arriesgan e invierten y así estimulan la productividad, lo que promueve el desarrollo económico.
Por ello, el Banco Mundial recomienda reenfocar sus políticas públicas en América Latina para el apoyo empresarial tradicionalmente enfocadas al apoyo a las PYMES, hacia unas que apoyen el crecimiento de las empresas jóvenes, a la vez que los gobiernos fortalezcan el marco institucional para favorecer el emprendimiento.
@edelamadrid
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