Probablemente, el juicio oral del Caso La Polar contará con dos o tres imputados en el estrado. Esto debido a las negociaciones que desarrolla por estos días el fiscal José Morales con los ex ejecutivos que, supuestamente, tendrían menor grado de responsabilidad en la divulgación de información falsa al mercado.
Eso sí, de llegar a buen puerto estas tratativas que podrían concretarse en un juicio abreviado o una suspensión condicional del procedimiento, ejecutivos como Pablo Fuenzalida May, Santiago Grage o Ismael Tapia, deberán colaborar y prestar declaración en la instancia final del caso.
En esta situación se encuentra Nicolás Ramirez, primer condenado en el caso y que se acogió al beneficio. Según la defensa del ex gerente general de la multienda, “es probable que sea citado y en ese caso estará obligado a concurrir” al juicio en calidad de testigo.
Para los querellantes, este panorama no es el óptimo, pero ya es una variable asumida por los intervinientes.
“Es evidente que la intención de la fiscalía es ir a juicio con los tres principales imputados (Pablo Alcalde, Julián Moreno y María Isabel farah). No es el escenario ideal, pero entendemos que son alternativas que entrega la ley”, comenta Bárbara Salinas, abogada de los accionistas minoritarios.
Factor Moreno
Para hoy a las 10 de la mañana está fijada la audiencia de revisión de medidas cautelares del ex gerente de productos financieros de La Polar, Julián Moreno.
Sin embargo, es casi una certeza que el ingeniero comercial no acudirá a la cita con el juzgado de garantía “debido a su delicado estado de salud”, comentan sus cercanos.
Según fuentes ligadas al caso, la defensa invocará el artículo 10 del Código de Procedimiento Penal (CPP), el cual cautela las garantías de los imputados y que permite, como en este caso, que el Servicio Médico Legal informe al tribunal sobre el estado de salud de un imputado y si este no está en condiciones físicas de enfrentar un juicio.
Este escenario es muy factible, y su defensa ya cuenta con el informe presentencial y solo restaría la confirmación del Ministerio Público y del Juzgado de Garantía para determinar si el ex ejecutivo puede enfrentar a la justicia.
De acuerdo a este informe, firmado por el doctor Abraham Saldías , jefe del Centro de Reinserción Social (CRS) de Puerto Montt, “la libertad vigilada es una medida necesaria, toda vez que (Moreno) requiere acompañamiento y supervisión profesional”.
En cuanto al cuadro depresivo del ex ejecutivo, el escrito señala que se encuentra bajo tratamiento, sin embargo, se añade que aún mantiene una “adicción tabáquica no problemetizada de larga data y que en el contexto de una afección pulmonar que lo aqueja (enfisema) se encontraría asociado a ciertas conductas autodestructivas”.
Según conocedores del caso, los informes médicos serían contundentes a la hora de acreditar el complejo estado del ex gerente que por estos días se encuentra radicado en el sur del país.
¿Nueva extensión?
Pero eso no es todo por parte de Julián Moreno, ya que su defensa -liderada por el abogado José Miguel Chaves- será clave para el desarrollo del caso, cuyo plazo de investigación venció el pasado 2 de octubre. ¿Por qué? Los apoderados del primer ejecutivo en reconocer las repactaciones unilaterales considera que aún restan pericias por desarrollar en el caso y solicitarán una nueva extensión del plazo de investigación, “ya que aún restan diligencias computacionales por revisar por parte del Ministerio Público”, afirman.
De acuerdo a lo establecido por el resto de las defensas, el movimiento de Moreno no será tan relevante para el desarrollo del juicio que recién podría llegar a concretarse el próximo año.
Desde la óptica de Pablo Alcalde, la salida de Julián Moreno del caso serviría para confrontar posturas, ya que el ex gerente de productos financieros ha manifestado en todas sus declaraciones que la práctica de repactaciones unilaterales era una modalidad instaurada por los directores, y conocida por el ex presidente de La Polar, Pablo Alcalde, frente a lo cual Moreno no tendría responsabilidad en la entrega de información falsa al mercado.
Desde la óptica de los accionistas minoritarios, los últimos pasos de Julián Moreno no son otra cosa que “enfriar” el caso la Polar y buscar un cumplimiento de pena en libertad.
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