2010/08/05

Surge un nuevo corazón en China: la industria se desplaza hacia el centro

Casi todas las ciudades chinas tienen un parque industrial o dos, pero pocas tienen un nombre tan atractivo como la zona industrial Gran Flor de Durazno en Hefei. Y aún menos crecen con tanta rapidez. Gree, el mayor fabricante de equipos de aire acondicionado del país, abrió una planta hace menos de dos años que ya emplea a 10.000 personas. Su vecino y competidor Midea también tiene una amplia instalación.

Lo notable de ambas plantas es su ubicación: Hefei es la capital de la provincia de Anhui, un enclave rural a 400 kilómetros al interior desde Shangai - cuyo principal papel en la bonanza de las últimas tres décadas ha sido proporcionar mano de obra a los pueblos factoría en las costas del sur y el este. Ahora, el moderno mundo industrial de la región costera se desplaza al interior.

Este cambio podría ser vital para las perspectivas económicas chinas en los próximos años. En momentos de incertidumbre respecto de la capacidad del país de mantener el crecimiento, el desarrollo acelerado del centro proporciona un impulso importante.

Tras un repunte impresionante de la crisis global, China enfrenta vientos en contra. El gobierno está reduciendo su enorme estímulo monetario, llevando a una desaceleración en el crecimiento de la actividad. Ya no puede confiar en una demanda creciente por sus exportaciones de consumidores en Estados Unidos y Europa. Elevar la demanda doméstica es más importante que nunca dadas las señales de que la recuperación en el resto del mundo se debilita. Pero hay dudas respecto de dónde podría venir el nuevo crecimiento.

Para responder esa pregunta, ayuda pensar en tiempos de geografía económica. El país puede dividirse en tres grandes zonas: el cinturón costero próspero e industrializado desde Beijing al norte a Shangai en el este y Guangdong en el sur. Luego, hacia el occidente, hay una amplia extensión que ha recibido una gran inversión pública pero sigue siendo relativamente pobre y subdesarrollada.

La tercera región, el centro, es la que está proporcionando el nuevo impulso a la economía. En provincias como Anhui, Hunan y Jiangxi, ciudades antes ignoradas están viviendo una especie de "despegue industrial". La combinación de costos y salarios crecientes en la costa, mejor infraestructura vial y ferroviaria y los fondos del estímulo están incentivando a las empresas a unirse a una ola que comenzó como una gota hace una década.

Ha Jiming, economista en China International Capital Corporation, recuerda que la inversión de Japón en la red ferroviaria de alta velocidad Shinkansen en los "60 y "70 ayudó a redibujar el mapa económico del país, reduciendo el dominio de Tokio y Osaka y permitiendo el surgimiento de lugares como Nagoya y Fukuoka como centro centros industriales. Las nuevas vías férreas acelerarán el avance de China central, dice. "Está creando un círculo virtuoso. La reubicación de las empresas crea nuevas oportunidades de empleo y eso incentivará un aumento del consumo".

No son sólo los planificadores del gobierno quienes abren las ciudades en la zona central, sino también las fuerzas de mercado. Las recientes huelgas de trabajadores pidiendo sueldos más altos en la zona sur han llevado a las empresas a revisar la competitividad de producir en la región. Muchas han optado por ir al interior.

El alza en el flujo de inversiones está cambiando la dinámica de la migración. Anhui era conocido por exportar a sus jóvenes a las regiones costeras para trabajar en construcción y fábricas. Se estima que un 20% de su población de 67 millones trabaja en otras partes del país. Para el año nuevo, cientos de miles abarrotan los trenes que regresan a la provincia. Eso está comenzando a cambiar a medida que se crean empleos locales.

Si el flujo de inversiones y regreso de migrantes se sostiene, transformará otros aspectos de la economía local. Trabajadores con empleos estables necesitarán viviendas, alimentando la inversión en el sector inmobiliario. Buscarán lugares donde gastar, fomentando el crecimiento del consumo. Tesco, Walmart y Carrefour abrieron supermercados para la nueva clase media. 

El crecimiento del centro no está exento de riesgos. El principal es que la expansión reciente ha sido demasiado dependiente de la inversión pública, lo que inevitablemente declinará a medida que Beijing retire el estímulo.

Hay dos riesgos, en particular, en el horizonte. Como muchos gobiernos locales, Anhui se ha endeudado mucho en los dos últimos años a través de empresas de inversión que controla. El regulador bancario estimó la semana pasada que casi un cuarto de los préstamos a gobiernos locales son riesgosos. Si muchos quedan impagos en los próximos años, el flujo de inversiones a las provincias podría contraerse. Un alza en la inflación que lleve a una subida en las tasas de interés y a menores colocaciones, tendría el mismo efecto.

El auge del centro, entonces, no carece de peligros. La expansión de la industria al interior podría ser un amortiguador para la economía nacional a medida que se enfría el estímulo. Pero la economía de ciudades como Hefei y sus complejos industriales sigue frágil.

Información adicional de Zhao Xue.

DiarioFinanciero.com

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