Por Daniela Paleo
Un panorama desolador se vive desde el lunes en algunas tiendas de La Polar, como es el caso de las ubicadas en la comuna de Santiago.
La sucursal de la calle Puente, que históricamente ha registrado las mayores ventas de la capital, muestra sus pasillos vacíos, mientras que las oficinas de Servicio al Cliente han pasado ya una semana repletas de clientes molestos que reclaman repactaciones incorrectas.
Pero no sólo los clientes han dejado sentir su molestia. Vendedores de varias tiendas confirman que, desde el martes en la noche, comenzó a llegar sólo mercadería de las marcas propias, como Icono y Zibel. A pesar de que es habitual que los proveedores envíen una cantidad acotada de productos, (las marcas propias tienen una penetración de cerca del 80% en el caso del vestuario), esta vez habrían tomado la decisión de cuidarse de los posibles efectos colaterales de las malas prácticas crediticias de La Polar.
Forus, distribuidora que comercializa más de 20 marcas en Chile, ya ha confirmado la detención de envíos de mercadería de Azaleia y Hush Puppies. Otra firma que detuvo sus despachos es LG.
En las tiendas, además, comentan que en la mañana de ayer tuvieron reuniones con otras marcas, como Wrangler, JJO y B for B para informar que los envíos de ropa se detendrían hasta que la situación se normalice.
Por otro lado, la situación de las ventas preocupa a los empleados ya que, según confirman, han disminuido dramáticamente, mientras que los pagos, que habitualmente se hacían en su mayoría a crédito, se han revertido a ventas en efectivo con la modalidad de Redbanc o con cheques.
En vista de la incertidumbre que se vive en las tiendas, los mismos trabajadores están considerando solicitar un bono compensatorio por la baja en las ventas, que por estos días, se calcula que ha bajado a más de la mitad. De hecho, las transacciones en el departamento de electrodomésticos en la tienda de Puente, que alcanzan generalmente los $ 4 millones diarios, “esta semana han llegado a $ 1 millón”, dicen.
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