Enrique Marmentini, el mismo que revolucionó el supermercadismo en los ‘80 y a mediados de la siguiente década vio caer su imperio por un crecimiento demasiado explosivo, cumplió un decisivo rol en dos de las últimas compras del grupo Saieh-Rendic: Las Brujas y Ribeiro.
“Ha actuado como intermediario porque genera confianza”, comentan fuentes ligadas a ambos procesos.
Hace poco más de dos meses, cuando las negociaciones entre Unimarc y Las Brujas habían llegado a punto muerto, la familia Ugarte -fundadora de la cadena penquista- contactó a Marmentini con el fin de reactivar las conversaciones y consultarle sobre las conveniencias de hacer la transacción.
A esas alturas, con la oferta de Southern Cross ya retirada, los Ugarte querían saber si la fórmula de traspaso de marca y arriendo de locales, con la que Saieh ha conquistado a una parte importante de las cadenas que ha sumado a SMU, era la mejor opción.
“Marmentini viajó especialmente a Concepción para explicarles cómo veía el panorama”, cuentan en el sector.
El lazo con Unimarc
Juan Pablo Vega, gerente general de Unimarc, se enteró de las actividades de Marmentini y se contactó con él. Si bien no son amigos, se conocen desde la época en que Vega representaba a D&S, su anterior empresa, en las reuniones de la Asociación Chilena de Supermercados (Asach). No era el único vínculo entre ambos.
Desde que perdió su cadena por las millonarias deudas que mantenía con proveedores y bancos, hace poco más de diez años, Marmentini ha trabajado de manera independiente como gestor inmobiliario, participando en algunos proyectos vinculados con la compañía de la familia Ibáñez. Estos lazos ayudaron a que el otrora líder del supermercadismo, cuya cadena alcanzó a tener 19 locales en Chile y otro en Bolivia, se convirtiera, sin pretenderlo, en una especie de emisario de Saieh, según cuentan conocedores de las negociaciones.
Por eso, cuando la familia González, fundadora de Ribeiro, le preguntó a Marmentini qué pensaba de Vega, les confirmó que se trataba de una persona confiable y seria.
Cercanos a Marmentini aseguran que esta participación es algo transitorio y que de ningún modo significa que esté evaluando retornar a la industria. Agregan que se siente cómodo trabajando de forma autónoma y que disfruta mucho su labor de rastrear terrenos.
A pesar de su amistad de años con Juan Rendic y Enrique Bravo, socios de Saieh en Unimarc, tampoco ha recibido una oferta que lo hiciera dudar. Antes que se sumaran a SMU, sociedad que agrupa todas las cadenas adquiridas por Saieh, ambos recurrieron a Marmentini para consultar por terrenos.
En los últimos años, desde una sencilla oficina en El Bosque Norte, donde ha ubicado su centro de operaciones, Marmentini ha intervenido en iniciativas tan disímiles como Patio Bellavista, Plaza El Roble de Chillán, Plaza El Sol de Quilpué, Ciudad de Los Valles y Mall Leyán de Melipilla.
En el sector no ha generado extrañeza este fugaz protagonismo de Marmentini en la “primera división” del comercio.
Pese al desenlace de su incursión en supermercados, que partió modestamente con ventas de confites a ambulantes en un local arrendado en calle San Camilo, en el mercado se valora que haya encarado la quiebra y no se deshiciera de responsabilidades.
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